Hace un tiempo, cuando publicamos "La banalidad del mal I" hacíamos un llamado a conciencia de
los compañeros de RRHH para distanciarse de las decisiones de su director, ese mismo que hace unos días disfrutó aportando su firma a un acuerdo de ataque a los trabajadores.
En esta segunda edición, analizaremos a otro de los firmantes y a su gente que dicen ser trabajadores del subte pero buena parte de ellos nunca lo ha pisado con ese fin.
La clara referencia es hacia la UTA, esa que calladita deseaba la aprobación de una ley que atentaba contra el derecho a huelga y todas las conquistas de los trabajadores del subte. La misma que junto a Metrovías brilló por su ausencia en la legislatura, tras lo cuál fueron duramente juzgadas desde el recinto hasta por el mismísimo macrismo que ahora descaradamente les da trascendencia.
Es muy claro, quien mas que un sindicato patronal y una empresa corrupta pueden avalar un acuerdo en el que se promueve posteriormente a la caza de las brujas belgas una caza de empleados masiva. Eso explica el hecho de que en un contexto en el que, por las urgencias, la seguridad operativa y el confort de los pasajeros son los puntos en los que la inversión tecnológica debiera centrarse, buscan primero liberar el terreno para innovar en función de la eliminación del personal.
Los últimos compañeros que pertenecen a la mafiosa UTA, deben por fin abrir los ojos para darse cuenta que ya han perdido absolutamente el respeto por los que dicen representar. Tienen que tomar magnitud de la atrocidad que significa bajar patotas con un par de locos agresivos del subte y varias personas ajenas al mismo para agredir, insultar y golpear a compañeros y hasta a compañeras. Que si bien puede sonar común en un país con proliferación de gremios burócratas, no está bien que todas las decisiones pasen por un único líder omnipotente que traiciona al por mayor a sus representados mientras un séquito de chupamedias que nunca o casi nunca han trabajado intentan justificar lo injustificable. Vean finalmente el acuerdo que han firmado en estos dias a sus espaldas, a nuestras espaldas, a espaldas de nuestras familias, para comprometer nuestra estabilidad laboral, nuestros logros en políticas de ascenso, de promociones, la posibilidad de incorporar compañeros aún ante inauguraciones y principalmente nuestra libertad. A todo esto, a todo lo demás que siempre han hecho ellos que no quieren el subte, nos referimos cuando les pedimos que no banalicen en mal.
Por el contrario, tomen distancia para tener mejor perspectiva, junten evidencia, junten experiencias y analicen. Sabrán entonces que estos mismos que permitieron a Metrovías realizar los miles de despidos con avales menemistas en épocas en que empezaba la concesión, en días en que a los administrativos nos privaron por casi veinte años y aún hoy de tener representación, nunca harán nada para defenderlos ni mucho menos en pos de nuevos progresos. Esta misma trilogía menemista, volvió a juntarse como cuando comenzaron el proceso de destrucción del subte.
Entonces tras ver la verdad sepan que solo con un telegrama bastará para liberarse inmediatamente del gremio que se vuelve a probar nuevamente la antorcha y el hacha, para iniciar con la empresa una nueva persecuta a los trabajadores. Con menos afiliados no podrán con su firma avalar en Marzo esta acta que nos perjudica, podemos evitar que este intento de abuso tenga validez. No perdones otra traición a los afiliados, quitarles el apoyo renunciando a la UTA es una forma de asegurar que podamos proteger nuestros logros para dar paso cuando pase el temblor a nuevas y mejores conquistas. Un compañero de la AGTSYP siempre está cerca para ayudarte, acercate.
LO QUE VIENE: LA BANALIDAD DEL MAL III. Los secretos de administración.
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