Les dejamos un cuentito reflexionar sobre como son las cosas. Cualquier parecido con nuestra realidad es pura coincidencia, una coincidencia muy grande. También les sugerimos leer esta nota (http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-185025-2012-01-08.html) donde se habla de las ganancias que arrojó el balance del grupo este año, por si algún desprevenido se creyó aquello de que no se organizó nada para fin de año en el 2011 por cuestiones económicas . Está mas que claro que Metrovías no quiso hacer nada para evitar que nos juntemos y hablemos de toda esta movida que los tienen muy preocupados.
UN CUENTO REPRESIVO
Había una vez una empresa que no quería por nada del mundo que una parte sus empleados se organicen para conseguir condiciones laborales mas justas. Entonces durante casi dieciocho años amenazando a esos empleados e incumpliendo varias leyes lograba que los mismos ni siquiera intenten un cambio que cada vez se hacia mas imprescindible, pues en el resto de la empresa ya regían condiciones mejores.
Como las diferencias se hacían alevosas la gente empezaba a reaccionar. Entonces la empresa se movió rápidamente deshaciéndose de un empleado que intentaba organizarse para comenzar el cambio. La eliminación mas que para sacárselo de encima, fue para una vez mas dejar un mensaje implícito a todo el resto que una vez mas frenara cualquier reacción. Pero las cosas cambiaron, el empleado renunció a una suculenta indemnización y se puso a la par de sus compañeros a luchar por la noble causa.
Entonces la empresa furiosa embistió esta vez mas sobre un amigo del eliminado que le estaba dando una mano, pero para no tener los mismos problemas en este caso decidió llevarlo lejos, bien lejos. Lo puso en otra actividad especial que solo duró un tiempo, pero de la que luego no volvería pues le buscaron cosas para hacer por aquel lugar para mantenerlo alejado.
Como el fuego no se apagaba y cada vez mas gente se animaba a avanzar, la desesperación se apoderó de la empresa. Entonces siguió centralizando la represión en el sector contra el que descargo su furia por tercera vez, en esa ocasión generando daños de todo tipo.
Fue así que en un ataque que vinculaba los movimientos anteriores e intentando justificar un cambio de estructura, demolieron a la única gerencia del sector del eliminado. Entonces los pobres empleados que podían proyectarse a futuro sobre la misma, mas teniendo en cuenta que tanto el jefe como el gerente estaban próximos a jubilarse, se quedaron sin posibilidad de progreso.
A esos compañeros, de los que solo tres sumaban mas de treinta años de experiencia en el sector, solo les quedó competir ahora por un único puesto, pues se quedaron sin gerencia propia. Además en ese ajuste de cuentas descendieron a una persona de Gerente a Asesor de un Gerente, mostrando que los castigos represivos de un autoritario sin límite pueden ser brutales.
Sin embargo, en esa frenética carrera por justificar una restructuración inventada a fin de deshacerse de los que molestan y dar castigo ejemplar a los que quedaban, olvidaron un detalle fundamental. Ahora el virus del cambio está esparcido por cada rincón, ahora varios empleados de distintos sectores reclaman justicia y ahora este cuento, como todos, augura un final exitoso para las víctimas. Tendrán que darse cuenta que su problema excede a un sector y que la represión no hace mas que fortalecer la lucha por tener una Administración mas justa. Cuanto mas empleados se unan a la lucha, mas rápido se llegará a un final feliz para los buenos.
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