Pensando un poco sobre la función de los empleados de Recursos Humanos de Metrovías, principalmente los que tienen los cargos mas altos y cercanos a la dirección, tratamos de buscar una teoría que explique en parte como llegan a ejecutar decisiones que pueden perjudicar a empleados y a sus familias de forma cuasi terminal.
Es así que recordamos la teoría de la Banalidad del Mal, que no discutiremos si fue acertada o no de cara a lo que se la aplicó originalmente pues no es el ámbito, pero si nos encargaremos de ver como justificar el papel antipático al que por momentos se sienten obligados a asumir algunos de nuestros compañeros de Recursos Humanos de la Administración.
Empecemos con la noción básica de la teoría original que uno puede extraer de Wikipedia:
La expresión banalidad del mal fue acuñada por Hannah Arendt (1906-1975), teórica política alemana, en su libro Eichmann en Jerusalén, cuyo subtítulo es Un informe sobre la banalidad del mal. En la actualidad la frase es utilizada para describir el mal como algo que no nace del individuo, sino de las circunstancias. Por ejemplo, si un policía mata a alguien para defender a una autoridad, no comete un "mal" acto, sino que es un funcionario eficiente.
En este contexto usado originalmente para explicar a quienes ejecutaban actos represivos, podemos encontrar el escenario que obliga a las personas a tomar decisiones tan drásticas como maliciosas en función de responder a órdenes.
Más aún se sustenta esta teoría cuando quién está al mando del máximo poder, es un ser despiadado incapaz de mostrar un acto de humanidad por miedo a que pueda comprometer el crecimiento o la conservación de ese poder. Cuando la ambición de poder excede la humanidad vemos lo peor de las personas, los vemos transformarse en monstruos desconocedores de consecuencias que solo accionan en función a intereses propios o ajenos que asume como propios para su beneficio.
Será cuestión entonces de apelar a nuestra conciencia compañeros, no dando lugar a la banalidad del mal, sabiendo que nuestra obediencia a las órdenes encuentra un límite en nuestros principios morales. Ahí habrá que ver si al director de orquesta conserva la misma valentía para poner la cara que muestra detrás de un escritorio o de un teléfono. Ahí haremos que Recursos Humanos retorne a su ausencia de humanidad, para cuidar y ayudar a nuestra propia gente obteniendo lo mejor de cada uno de nosotros.
Compañeros de Recursos Humanos, háganse dueños de sus decisiones y no se ensucien siendo parte ejecutante o testigos silenciosos de actos represivos de un sector que debería estar pendiente del cuidado, la incentivación y la integración de sus empleados. Que el mal no se nos haga común y cotidiano; volvamos a nuestra esencia, a nuestro pensamiento original.
Entonces, desde esa perspectiva, hagamos juicios de lo bueno y lo malo para accionar un cambio y no seguir siendo simples ejecutores de actos que en el fragor del día a día nos hicieron creer que son parte de nuestro trabajo.
Empleados de RRHH sepan que cuentan con nosotros, que desde esta clandestinidad obligada por la actitud fascista de quien está al mando de todos ustedes estamos luchando dia a dia para ayudarlos a librarse del mal. Depende de ustedes, acérquense a ayudarnos a cambiar todo esto y lograr que recuperemos la libertad laboral para que nuestras acciones no entren más en conflicto con lo mas valioso que tenemos que son nuestros principios.
Es así que recordamos la teoría de la Banalidad del Mal, que no discutiremos si fue acertada o no de cara a lo que se la aplicó originalmente pues no es el ámbito, pero si nos encargaremos de ver como justificar el papel antipático al que por momentos se sienten obligados a asumir algunos de nuestros compañeros de Recursos Humanos de la Administración.
Empecemos con la noción básica de la teoría original que uno puede extraer de Wikipedia:
La expresión banalidad del mal fue acuñada por Hannah Arendt (1906-1975), teórica política alemana, en su libro Eichmann en Jerusalén, cuyo subtítulo es Un informe sobre la banalidad del mal. En la actualidad la frase es utilizada para describir el mal como algo que no nace del individuo, sino de las circunstancias. Por ejemplo, si un policía mata a alguien para defender a una autoridad, no comete un "mal" acto, sino que es un funcionario eficiente.
En este contexto usado originalmente para explicar a quienes ejecutaban actos represivos, podemos encontrar el escenario que obliga a las personas a tomar decisiones tan drásticas como maliciosas en función de responder a órdenes.
Más aún se sustenta esta teoría cuando quién está al mando del máximo poder, es un ser despiadado incapaz de mostrar un acto de humanidad por miedo a que pueda comprometer el crecimiento o la conservación de ese poder. Cuando la ambición de poder excede la humanidad vemos lo peor de las personas, los vemos transformarse en monstruos desconocedores de consecuencias que solo accionan en función a intereses propios o ajenos que asume como propios para su beneficio.
Será cuestión entonces de apelar a nuestra conciencia compañeros, no dando lugar a la banalidad del mal, sabiendo que nuestra obediencia a las órdenes encuentra un límite en nuestros principios morales. Ahí habrá que ver si al director de orquesta conserva la misma valentía para poner la cara que muestra detrás de un escritorio o de un teléfono. Ahí haremos que Recursos Humanos retorne a su ausencia de humanidad, para cuidar y ayudar a nuestra propia gente obteniendo lo mejor de cada uno de nosotros.
Compañeros de Recursos Humanos, háganse dueños de sus decisiones y no se ensucien siendo parte ejecutante o testigos silenciosos de actos represivos de un sector que debería estar pendiente del cuidado, la incentivación y la integración de sus empleados. Que el mal no se nos haga común y cotidiano; volvamos a nuestra esencia, a nuestro pensamiento original.
Entonces, desde esa perspectiva, hagamos juicios de lo bueno y lo malo para accionar un cambio y no seguir siendo simples ejecutores de actos que en el fragor del día a día nos hicieron creer que son parte de nuestro trabajo.
Empleados de RRHH sepan que cuentan con nosotros, que desde esta clandestinidad obligada por la actitud fascista de quien está al mando de todos ustedes estamos luchando dia a dia para ayudarlos a librarse del mal. Depende de ustedes, acérquense a ayudarnos a cambiar todo esto y lograr que recuperemos la libertad laboral para que nuestras acciones no entren más en conflicto con lo mas valioso que tenemos que son nuestros principios.
Los invitamos a seguir escuchando nuestro programa de radio. Edición 3 de Inadmisibles, el programa de los empleados de administración del subte en el siguiente link:



Cuando habra aumento para los fuera de convenio? nuestros sueldos estan por el piso... ayuda!!!
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